En tiempos de falta de recursos económicos, los recursos creativos e imaginativos son imprescindibles. La película documental «Un Encuentro» de Juan Bollaín, arquitecto y director de cine, nos narra, en diálogo con el relato de Juan Domingo Santos, la historia de la re-habitación de la torre de una antigua fábrica de azúcar abandonada. Juan Domingo, soñó este proyecto semana a semana en sus viajes en tren entre Sevilla y Granada. Cuando acabó la carrera de arquitectura empezó a re-habitar este espacio abandonado. A interpretarlo desde la experiencia de habitarlo. En la película y en el debate posterior, que cerró las actividades conmemorativas del 50 Aniversario de la Escuela de Arquitectura de Sevilla, nos transmite un mensaje que es una llamada de máxima actualidad: cuando se sueña algo con mucha intensidad es muy probable que el sueño se haga realidad. Hoy, cuando los recursos públicos y privados son escasos, cuando las perspectivas para el futuro son de que sean cada vez más escasos, no podemos pensar en la recuperación del patrimonio en los términos en que lo hemos hecho en los últimos años. Años de vacas gordas, tiempos de nuevos ricos. Re-habitar el patrimonio es fundamental para frenar su proceso de deterioro. Tenemos mucho patrimonio por re-habitar y mucha necesidad de espacios para actividades productivas, creativas y de alojamiento que no son satisfechas por un mercado cuyos precios son inaccesibles para gran parte de los demandantes de los mismos. Urge regular la ocupación re-habitadora, como han hecho países como Holanda o Gran Bretaña. Juan Ocaña es un pionero. No sólo ha instalado aquí un estudio de arquitectura de los más punteros sino que está realizando una encomiable labor pedagógica llenándolo de actividades que dan a conocerlo experiencialmente. Son muchos los estudiantes de proyectos de arquitectura que han llenado de contenido esta fábrica ya no abandonada. Lleva 30 años re-habitándose.
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