
Con Polina Berezina en el Grand Prix de Marbella de octubre de 2021
Este ciclo olímpico, post pandemia, ha sido atípico por muchos motivos. El primero por su duración, de sólo tres años, tras el aplazamiento a 2021 de la celebración de los Juegos de Tokio. Un ciclo cuya competición internacional se abrió en el Grand Prix de Marbella en octubre de 2021, con mascarillas de gimnastas y público.
Esta competición brinda oportunidades únicas de ver e interactuar con nuestras gimnastas favoritas. Allí pudimos tener una buena conversación con Polina Berezina, que sabía todo el trabajo que tenía por delante para cumplir su sueño olímpico. Descubrimos a una espectacular Lucía González, que ganó la competición internacional junior, a la que deseamos se cumpliera su sueño de incorporarse al equipo nacional, lo que ocurrió pocos meses después. Pudimos ver en directo a la superdotada Lala Kramarenko preparada ya para tomar el relevo de las gemelas Averinas… y a Sofia Raffaeli, cuya gimnasia nos enamoró y que ya apuntaba ser una de las gimnastas a batir en Paris.
Pocos meses después, en este mismo escenario, en marzo, tuvo lugar la edición 2022 de esta competición que nos traería a escena a las otras grandes protagonistas del ciclo, las búlgaras Stiliana Nikolova, Boryana Kaleyn. Y en mayo en Pamplona y dos semanas después en Portimao pudimos ver actuar en directo y hablar con la gimnasta que completaría el quinteto de máximas aspirantes al Olimpo, una jovencísima debutante senior alemana, Darja Varfolomeev, que se subió al pódium en su primera competición internacional de la temporada y ya no se bajaría de él hasta que se colgó el oro en Paris.
El año 2022 comenzó con la guerra anunciada de Ucrania que marcó el ciclo olímpico al ser apartadas inmediatamente de la competición internacional a las gimnastas de este país y las biolorrusas Alina Harnasko y Anastasia Salos. Duro mazazo para ellas, que ninguna responsabilidad tienen en la guerra por poderes en Ucrania entre la OTAN y Rusia. Duro golpe también para los aficionados que nos hemos visto privados de gimnastas a las que amamos.
La brevedad atípica del ciclo nos ha dejado solo dos campeonas mundiales, Sofia Rafaelli en 2022 y Darja Varfolomeev en 2023 y tres campeonas europeas, la israelita Daria Atamanov en 2022 y las búlgaras Boryana Kaleyn (2023) y Stiliana Nikolova (2024)
De nuevo un acontecimiento geopolítico sacudió al mundo en Octubre 2023. El brutal ataque de Hamas a Israel y la respuesta genocida de Israel, que está barriendo del mapa Gaza y a sus habitantes. En este caso el COI, como Europa y USA, decidieron mirar para otro lado, en un ejercicio de doble moral que no podemos entender los aficionados. No se puede explicar por qué no pueden competir rusas y biolorrusas y si puede hacerlo Israel y sus estados aliados.
En último término se pone de manifiesto que las Olimpiadas deberían quedar al margen del juego geopolítico de las potencias para sobrevivir. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera aplicado a Israel y sus aliados el mismo criterio seguido para apartar a Rusia y Bielorrusia? La respuesta es que Israel, USA y casi los países europeos, incluida Francia, habrían sido excluidos de la competición y no habría habido Juegos.
Sea como fuere, la retirada de competición de las gimnastas rusas y bielorrusas ha creado unas condiciones muy abiertas, insólitas, para estas olimpiadas de 2024. ¿Quiénes serían las diez finalistas? Faltaban plazas para que todas las gimnastas que por su trayectoria tenían opciones. Se anticipaba una jornada clasificatoria de infarto. Quién fallase en una de las cuatro rutinas lo iba a tener muy difícil para entrar, como luego se demostraría.
En la final individual de gimnasia rítmica en el Arena Port de la Chapelle
Con estos antecedentes, nos plantamos en Paris cargados de entusiasmo, expectantes, confiando en que nuestras gimnastas no fallaran y pudieran mostrar su mejor versión en el momento culminante del ciclo. No estábamos preparados para lo que ocurrió.
¿Por qué salimos eufóricos del mundial de Valencia de 2023, con una sonrisa que nos duró una semana, y nos ha costado una semana recuperarnos del varapalo emocional que sufrimos en los Juegos Olímpicos de Paris 2024? Sería fácil responder que la causa principal de la diferencia han sido los inesperados errores que han provocado la eliminación de Alba Bautista, Polina Berezina, Stiliana Nikolova, Tashkima Ikromova y… el conjunto nacional de España y el de Brasil … Ellas y nosotros sufrimos un golpe brutal.. Si Polina no hubiera fallado el aro, en el que se dejó 3 puntos, hubiera entrado en la final. Polina falló en su primer ejercicio y supo sobreponerse y hacer tres de tres en las siguientes rotaciones. Alba no pudo superar el shock.
El error está al acecho y la altísima presión lo propicia. No se puede dar por hecha una clasificación cuando hay tanta igualdad y competencia. ¿Pero es eso todo? Basta para explicar la tristeza y desolación que sufrimos? ¿No ha tenido nada que ver el formato de la competición? Creemos que sí. Creemos que el formato de la competición ha influido negativamente. Un formato que es asombrosamente peor que el que tienen el resto de competiciones del ciclo olímpico (mundial, campeonatos continentales, copas del mundo, campeonatos nacionales). Por qué esa devaluación del formato justamente en el momento culminante?
En el mundial de Valencia pudimos disfrutar de más de 88 gimnastas individuales y 134 en conjuntos, que tuvieron una fase clasificatoria de las que surgieron las finalistas por aparatos y las finalistas del All Around. El formato de un mundial, como el del resto de competiciones nacionales e internacionales, deja abierta la puerta a participar en cinco finales. En las olimpiadas solo en una. Es un juego de todo o nada. La ganadora se lo lleva todo. O entras en la final de diez o pareces haber fracasado.
En cualquier otra competición las gimnastas saben que si no entran en la final All Around siempre pueden entrar en alguna final por aparatos. Alba Bautista, por ejemplo, tras su fallo en su primer aparato, el aro, se quedó sin objetivo. Ya se sabía excluida de la final. Pero quedaban tres aparatos por disputar, tres potenciales finales a las que clasificarse si el formato lo hubiera permitido.
¿Tan difícil es darse cuenta de esto y ponerle remedio? ¿Cuántas aficionadas y aficionados nos hemos preguntado en París, para cuando habrá finales por aparatos en la rítmica como los hay en la gimnasia artística? ¿Hasta cuando este agravio comparativo? ¿Qué hemos hecho gimnastas y aficionadas y aficionados para merecer este maltrato olímpico?
Dejamos para otro momento la discusión de por qué solo 24 gimnastas participan en las olimpiadas, asunto en el que de nuevo hay un agravio comparativo injustificable con la gimnasia artística. Aceptemos el número 24 para plantear sobre esta base un cambio de formato que no implica modificación significativa de presupuesto, si este fuera el problema.
Estas 24 gimnastas ya han pasado un filtro previo tal que a todos los efectos se pueden considerar finalistas. Organizadas en dos grupos, A y B, como en las finales AA del mundial y de las competiciones continentales podrían dar el pódium de la competición general y clasificar a las gimnastas para final por aparatos a celebrar en una tercera jornada, dedicada a las finales por aparatos. Del mismo modo, los conjuntos tendrían en la segunda jornada el concurso general que daría lugar al pódium y clasificar a los conjuntos para las finales por aparatos en la cuarta jornada. De este modo las gimnastas tendrían además un día de descanso entre concurso general y finales por aparatos. ¿Qué os parece?
Vamos a ilustrar como podrían haber sido estas finales por aparatos tomando como base los resultados obtenidos en las jornadas clasificatorias. Es preciso considerar que el formato condiciona lo que se ve en el tapiz. No sabemos realmente cual habrían sido los resultados si las gimnastas hubieran tenido la opción de clasificarse para una final por aparatos. Hecha esta salvedad vamos a dibujarlas.
En la final de aro habríamos podido ver a
Sofia Raffaeli (35.700)
Boryana Kaleyn (35.350)
Barbara Domingos (34.750)
Margarita Kolosov (34.450)
Taisiia Onofriichuk (34.250)
Zilu Wang (34.200)
Ekaterina Vedeneeva (34.150)
Stiliana Nikolova (33.900)
En la final de pelota habríamos visto a:
Darja Varfolomeev (36.450)
Taisia Onofriichuk (35.250)
Stiliana Nikolova (34.700)
Boryana Kaleleyn (34.000)
Sofia Raffaeli (34.450)
Barbara Domingos (33.100)
Margarita Kolosov (33.000)
Milena Baldasarri (32.750)
La final de mazas la habrían disputado:
Darja Varfolomeev (35.250)
Sofia Raffaeli (35.000)
Margarita Kolosov (33.800)
Taisiia Onofriichuk (33.750)
Boryana Kaleyn (33.600)
Polina Berezina (32.450)
Elzhana Taniyeva (32.300)
Ekaterina Vedeneeva (31.750)
Y la final de cinta la hubieran disputado:
Sofia Raffaeli (33.950)
Boryana Kaleyn (32.900)
Darja Varfolomeev (32.650)
Taisiia Onofriichuk (32.500)
Daria Atamanov (32.400)
Milena Baldasarri (32.300)
Takhmina Ikromova (32.000)
Ekaterina Vedeneeva (31.750)
En conjuntos estas habrían sido las finales por aparatos.
En cinco aros:
Italia (38.200)
Bulgaria (37.700)
Francia (36.600)
Brasil (35.950)
China (35.500)
Ucrania (35.450)
Israel (35.250)
Azerbayán (33.850)
Y la final de tres cintas y dos pelotas hubiera quedado así:
Ucrania (33.500)
Bulgaria (32.700)
China (32.400)
Francia (32.200)
Israel (31.900)
Italia (31.150)
Uzbekistán (30.450)
España (30.000)
Con esta simulación ilustramos como gimnastas que no pudieron clasificarse para la final All Around, como Polina Berezina, Stiliana Nikolova, Takhmina Ikromova y Elzhana Taniyeva hubieran disputado el pódium en finales por aparatos. Del mismo modo, España y Brasil hubieran podido disputar pódium en tres cintas y dos pelotas y cinco aros respectivamente.
Llegados a este punto, ¿Qué hacemos? ¿Nos animamos a promover el cambio de abajo a arriba? ¿Alguien se anima? Podríamos darle forma a la propuesta de cambio de formato, recabar apoyos de ex gimnastas y experiodistas de reconocido prestigio y mover una recogida de firmas entre aficionadas de todo el mundo? ¿Lo intentamos? No tenemos nada que perder y si mucho que ganar. ¿Qué decís?
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