Letras para tiempos de emergencias - LETRAS EMERGENTES
18/noviembre/2021

Letras para tiempos de emergencias

Abrimos una nueva etapa de letras emergentes.

Pizarra de Emergencias. Tomada en clase de Dibujo 4, Ideación y Comunicación, el 5 de noviembre de 2021

Cuando este blog empezó su andadura, allá por 2011, estábamos inmersos en la crisis provocada por el estallido de la burbuja inmobiliario-financiera y empezaba a bullir la indignación que explotaría el 11 de mayo. Las letras me emergían por entonces, en buena medida, de la fuente de la indignación. El estallido de la burbuja, que veníamos anunciando desde que empezó la locura inmobiliaria a principios de siglo, fue fechada, con precisión matemática, por el añorado Ramón Fernández Durán. Sin embargo, cuando ocurrió el descalabro de Lehman Brother y se desencadenó la crisis el relato oficial fue que nadie podía imaginar que eso pudiera ocurrir.

En Semana Santa de 2011, leyendo el último libro de Ramón Fernández Durán, La quiebra del capitalismo global 2000-2030, adquirí conciencia de que se nos acababa el tiempo para reaccionar ante una crisis más amplia provocada por el choque del capitalismo global con los límites energéticos y materiales del planeta. Era algo ya anticipado en el informe los límites del Crecimiento pero los treinta años pasados desde que se publicara habían seguido transcurriendo por la misma senda, ignorando esos límites. Nos estábamos acercando peligrosamente a un límite que lo iba a cambiar todo, el energético. Toda la economía global depende de la disponibilidad de reservas de petróleo abundante y barato. Ramón ubicaba la crisis energética en la década del 20 al 30 y esta crisis energética provocaría el colapso del capitalismo global. Proceso que se iría sucediendo a lo largo de décadas, de crisis en crisis.

Ramón analizaba el impacto de ese colapso en las distintas generaciones vivas y situaba a la generación de mis hijos como la más afectada por el mismo. Tomé conciencia de que no había tiempo para que la generación joven reaccionara si queríamos intentar evitar el peor de los escenarios. Nos tocaba dar un paso al frente a la generación adulta para intentar cambiar el rumbo desde las instituciones. Pero para eso era preciso que hubiera una reacción social que lo hiciera posible.

En esa primavera se empezó a fraguar una convocatoria, a través de las redes sociales, a través de un grupo de activistas que operaban desde Democracia Real. Me sentí muy identificado con los planteamientos de este grupo y participé en los debates y en la difusión de la convocatoria. Si bien parecía improbable que una convocatoria surgida de las redes, al margen de partidos y sindicatos, tuviera impacto había que intentarlo. Y las plazas se ocuparon y se convirtieron en ágoras en las que empezó a debatirse todo.

Surgieron temas que no estaban en la agenda política. Hablábamos de reiniciar la democracia, cuestionábamos el crecimiento infinito en un planeta finito, se empezó a hablar de decrecimiento, de Renta Básica Universal… Y se crearon grupos para pasar a la acción. El grupo de vivienda del 15M se propuso dar respuesta creativa al reverso más tenebroso de la crisis inmobiliaria. La oleada de los desahucios. Así surgieron en Sevilla las Corralas, ocupando edificios en poder de los bancos para exigir contratos de alquiler social. A nivel nacional surgió el Movimiento Stop Desahucios. La crisis ponía a muchas familias de clase media en una situación de vulnerabilidad en la que la pérdida del empleo acarreaba la imposibilidad de hacer frente a las hipotecas y alquileres y por tanto ponía a una gran cantidad de familias al borde de la calle.

Si todas las crisis son una oportunidad para aprender de los errores, podemos decir que una parte significativa de la sociedad aprendió de la crisis financiera pero no así los gobernantes. Fue una oportunidad perdida, tan sólo enunciada con la brevedad de un suspiro por algunas voces de la élite política. Desde Francia Sarkozy pidió la refundación del capitalismo. Desde Andalucía José Antonio Griñán denunció el terrorismo financiero que ponía contra las cuerdas las democracias occidentales. !Anatema! No se puede cuestionar el capitalismo desde el cuadro de mando de las democracias, ni siquiera para plantear reformas de necesidad evidente, como la supresión de los paraísos fiscales. La medicina nada tuvo que ver con la enfermedad. La mal llamada Austeridad, aplicó recortes sociales para sanear el sistema financiero con una operación perfectamente diseñada por el Banco Central Europeo, que con justicia fue calificada como La Gran Estafa. Hoy en Andalucía nuestro gobierno, respaldado por el principal partido de la oposición, va a aprobar una Nueva Ley del Suelo, de nombre para más INRI La LISTA, cuya principal finalidad es agilizar los trámites de urbanización para que los gestores de fondos de inversión internacional tengan alfombra roja a sus promociones. No hemos aprendido nada.

El capitalismo financiero aprendió que puede contar con el Estado para salvar a los grandes bancos en caso de necesidad. Usó sus medios de comunicación para construir un relato que culpabilizaba a las víctimas para hacerles tragar su medicina. Si bien hubo muchas empresas y bancos que quebraron se abrieron oportunidades para amasar grandes fortunas especulando y el resultado final fue un sistema bancario más concentrado, más grande, demasiado grande para quebrar… por ahora. Y los brokers se frotan las manos ante las oportunidades de negocio que se abrirán con la próxima crisis financiera.

A nivel político el 15M movió el tablero, emergieron nuevos partidos que rompieron con el bipartidismo. Surgieron candidaturas municipalistas que tuvieron éxito en muchos lugares y significativamente en Madrid y Barcelona. Pero el péndulo se balanceó y el malestar social empezó a ser capitalizado por la extrema derecha que está canalizando el miedo y la frustración con falsas soluciones. La fórmula mezcla una base de negacionismo, de las causas profundas de la crisis socioecológica, con el sabio manejo de las emociones. El miedo y la frustración se canalizan a través del odio a las élites y al inmigrante convertido en chivo expiatorio. Hoy por hoy, para nuestra desgracia, los promotores de la internacional ultraderechista están sabiendo leer mejor que ninguna otra fuerza política el momento en el que estamos. Sólo se le puede hacer frente con pedagogía, que parte en desventaja frente a la demagogia populista desresponsabilizadora, y hoy la pedagogía sobre el tiempo que estamos viviendo está ausente de la política partidista. Nadie en el arco parlamentario quiere ser portador de la noticia de que sobrepasados los límites planetarios el camino que tenemos por delante lleva inevitablemente hacia un decrecimiento y que las opciones que tenemos son acordarlo democráticamente, de modo que sea justo y controlado, o ignorarlo y que llegue a través de un colapso que nos plantee escenarios injustos, violentos y descontrolados.

Mientras la crisis climática seguía avanzando y la esperada Cumbre del Clima de Paris (2015) transcurría como las anteriores, con acuerdos insuficientes y no vinculantes. Sirvió, eso sí, para construir un gran consenso en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030) que se plasmaron un año después, en la Cumbre del Hábitat de Quito (2016), en la Nueva Agenda Urbana Mundial. Las Universidades, que debieran ser un espacio reservado del pensamiento crítico, se han sumado a la misma de forma acrítica, pese a que la agenda se sustenta en una contradicción fundamental: la necesidad del crecimiento económico como premisa para poder cumplir los objetivos sociales y medioambientales, expresada en su objetivo 8. Crecimiento que no va a ser posible mantener por el declive en la disponibilidad de recursos energéticos y materiales que ya ha comenzado.

Tres años después de Paris, el informe del comité de expertos de la ONU para la COP18, el Informe 1,5ºC, señalaba cómo se nos acababa el tiempo para un cambio de rumbo que impidiera que el Cambio Climático sobrepase el punto de no retorno de consecuencias catastróficas para la humanidad. En sus conclusiones solicita emprender urgentemente cambios sin precedentes en la forma de producir y consumir, particularmente energía pero también las materias primas, en la forma de movernos, de organizar las ciudades… porque se precisaba una reducción global de emisiones de CO2 a un ritmo del 7% anual desde entonces hasta 2030. Este informe fue el desencadenante instaurando los Fridays For Future, los Teachers For Future. Y en base a este informe promovimos la declaración de emergencia climática que suscribió el ayuntamiento de Sevilla.

Han pasado tres años y las emisiones de CO2 siguen creciendo año tras año. Las declaraciones de emergencia climática que se han suscrito no están promoviendo los cambios necesarios y la consecuencia es que están quedando en papel mojado.

A las recién declaradas emergencias climáticas se sumó la emergencia sanitaria. Emergencia que por una vez puso a la economía en segundo plano, permitió discernir qué actividades eran fundamentales para el sostenimiento de la vida, puso en la agenda la necesidad de un ingreso mínimo vital, provocó la creación de redes de solidaridad para hacer frente a las situaciones de emergencia que no podían esperar los tiempos de respuesta impuestos por la burocracia, y volvió a ser una oportunidad de aprendizaje para una minoría social y una oportunidad perdida de nuevo para el necesario cambio de rumbo de la economía.

La reactivación económica nos ha enfrentado en este final de 2021 con nuevos episodios críticos. Se han roto las cadenas de suministros de una significativa cantidad de actividades económicas, nos hemos visto enfrentados a una crisis energética en Europa por desabastecimiento de gas y en China, India y Australia por desabastecimiento de carbón y petróleo. En medio de esta situación el gobierno de Austria anuncia un Plan para preparar a la población para el Gran Apagón Energético que sufrirá Europa antes de 2025. Apagón que será sólo uno de los síntomas de la crisis energética anunciada para antes de ese año por la Agencia Europea de la Energía. Que un gobierno europeo, a través de su ministerio de defensa, alerte a la población y planifique ese escenario para reducir su impacto es una buena noticia. Que en España nuestro gobierno niegue que nos enfrentaremos antes o después a un gran apagón nos recuerda a la negación de la crisis financiera del gobierno de Zapatero cuando ya se estaba produciendo. En lugar de aprovechar la oportunidad para hacer pedagogía social deja el campo libre a la extrema derecha que ya está rentabilizando la crisis por venir para sus planes de asaltar el cuadro de mando.

En estos diez años de intensísima actividad universitaria, política y profesional he podido aprender mucho sobre cómo podríamos organizar nuestras sociedades, nuestras urbes y nuestras polis de un modo más justo, equitativo, democrático y en equilibrio con la naturaleza. En febrero decidí dar por cerrada mi actividad política partidista y empezar una nueva etapa, centrada en el trabajo para el cambio sociocultural, la base necesaria para el cambio político, desde mi trabajo en la universidad. Trabajo en el que a través del Aprendizaje y Servicio a la Comunidad, la Investigación Acción Participativa estamos colaborando en crear un entorno más habitable y resiliente.

En esta nueva etapa se corresponde con un cambio de imagen en el blog que espero sea de vuestro agrado. Aparecerán relatos y ensayos para los tiempos de emergencias que estamos transitando. Dos secciones recogerán las reflexiones y propuestas sobre la Ciudad y la Escuela que Queremos. Con Profesores por El Futuro apostamos por hacer de los Centros Educativos, y sus Comunidades, motor de cambio. De cómo reaccionemos como sociedad, de lo que seamos capaces de construir comunitariamente para ser más resilientes, dependerá nuestra suerte. No está echada. Tenemos la oportunidad de cambiarla. Pondremos el foco en las antorchas en la oscuridad que nos ayuden a hacerlo posible.

Esteban de Manuel Jerez
Soy profesor de la Universidad de Sevilla y activista social por el derecho a la ciudad y la Justicia Global. Premio del concurso internacional Dubai ONU-HABITAT de Mejores Prácticas de Políticas Urbanas Nacionales. Cofundé la revista científica Hábitat y Sociedad. Soy responsable del grupo de investigación ADICI especializado en Investigación Acción Participativa y Aprendizaje y Servicio aplicados a la Producción y Gestión Social del Hábitat. Co-fundador de Arquitectura y Compromiso Social (1993-2015) Colaboro con la consultora Taller Ecosocial. Publico ensayos de opinión en El Pais, ABC, Diario.es, El Salto Diario, Diario de Sevilla, Sevilla Directo y periódico IDEAL de Granada

Comentarios

  1. Diego

    3 de febrero de 2022

    Bravo Esteban por tu análisis !!! Ya tienes un nuevo suscriptor a tu blog. 😉

  2. Esteban de Manuel Jerez

    3 de febrero de 2022

    Gracias Diego, me alegro que te guste, un abrazo

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