
Foto: Las gimnastas bielorrusas Anastasia Salos y Alina Harnasko compitiendo bajo bandera de pais neutral en el WCC de Portimao 2025
Los aficionados a gimnasia rítmica nos preguntamos por qué la Federación Internacional de Gimnasia Rítmica (FIG) no permite competir a las gimnastas biolorrusas Anastasia Salos y Alina Harnasko bajo bandera neutral ni en el campeonato europeo ni en el mundial, como también se lo impidió en los Juegos Olímpicos. Desde enero de 2024 pueden hacerlo en competiciones organizadas por la FIG salvo en las mencionadas. Ambas son dos de las mejores gimnastas y son de las más queridas por la afición.
También nos preguntamos por qué pueden competir las gimnastas de Israel y no las de Rusia. Si se aplicara el mismo criterio que ha apartado a atletas y gimnastas rusos y bielorrusos de su participación en Juegos Olímpicos no habría participación ni de Israel ni de sus socios europeos y norteamericanos. La conclusión, si no se quiere caer en flagrante injusticia o llegar a situaciones absurdas, es dejar que el deporte, las Olimpiadas, sigan siendo espacio independiente del juego político y su prolongación por la guerra.
La rusa Darja Varfelomeev salió al tapiz en el mundial de Río de Janeiro dispuesta a lograr un nuevo oro para Alemania. Su entrenadora, la bielorrusa Yulia Raskina seguía con atención la evolución del ejercicio de su pupila, que con su concentración habitual, no falló. El oro iba a ser suyo.
Ya en lo más alto del pódium escuchaba el himno sonar girando rítmicamente la cabeza, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. No, no era el himno de Alemania el que sonaba. Nadie sabe que himno era, pero no dejó de sonar. Hasta ahí llegó la justicia cósmica.
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