Aprendiendo de la Torre Pelli - LETRAS EMERGENTES
9/noviembre/2011

Aprendiendo de la Torre Pelli

Los sevillanos somos dados a las polarizaciones en los temas que afectan a nuestra ciudad. El caso de la Torre Pelli no podía ser una excepción y la polarización se visualiza entre partidarios de la conservación del patrimonio frente a partidarios de la modernidad, escenificado por dos plataformas ciudadanas, la Plataforma Ciudadana Túmbala y Sevilla se Mueve. ¿Por qué la wikipedia se decanta por esta última posición y ni siquiera menciona el nombre de la primera plataforma?

Una torre significa un uso extraordinariamente intensivo del suelo. Este uso extraordinariamente intensivo origina un flujo también extraordinario de entradas y salidas, de movimiento concentrado en un punto. Las torres surgen en ciudades en extrarodinario ritmo de crecimiento creadas prácticamente ex-nuovo, con gran intensidad de capital por unidad de superficie, particularmente financiero y de grandes corporaciones . Es el modelo Nueva York extendido  a las emergentes ciudades asiáticas y de Oriente Medio y con presencia en determinadas áreas centrales de las ciudades globales que cuentan con una city de negocios. Entonces pregunto: ¿Tiene algo que ver esto con Sevilla? ¿Qué tipo de necesidades trata de cubrir un edificio como la Torre Pelli? ¿Qué significa modernizar la ciudad en el siglo XXI? ¿Qué tipo de iconos permiten transmitir mejor esa imagen de modernidad? ¿Qué gana y qué pierde la ciudad de Sevilla apostando por el modelo de torres en altura a una ciudad como Sevilla?

Seré breve en las respuestas, tratando de interrelacionarlas, y dejo paso al debate. En primer lugar, afirmo que la Torre Pellino responde a la necesidad de espacio para oficinas de negocios, claramente excedentaria en la ciudad como consecuencia del Tsunami urbanizador que hemos padecido. Por otra parte una entrada ya saturada de la ciudad, como esta, no necesita el flujo de coches entrando y saliendo en este punto, provocado por el efecto sumidero que va a generar un aparcamiento subterráneo previsto para 2700 vehículos.  Sólo se justifica por necesidades simbólicas, por la querencia de ser modernos haciendo un rascacielos con un retraso de cien años. Y por la necesidad económica de los propietarios del suelo, Puerta Triana, de obtener grandes plusvalías y del ayuntamiento de justificar las cuentas del Plan General de Sevilla con las licencias de obras y los convenios urbanísticos que median en estas operaciones. Ese modo de hacer urbanismo, propio del siglo XX, es impropio del siglo XXI, que habrá de repensarse para transformar y mejorar la habitabilidad y sostenibilidad de la ciudad sin crecer y aumentar continuamente su superficie construida, movido por una espiral especulativa. Espiral que el estallido de la burbuja inmobiliaria ha demostrado como una ilusión quimérica. La Torre va a perjudicar la movilidad y por tanto la habitabilidad dela ciudad. Eneso perdemos claramente.

La segunda cuestión tiene que ver con los símbolos de la nueva contemporaneidad. La espectacularidad de este proyecto está ligada a la sociedad del final de la civilización industrial. Es su canto del cisne, por mucho que la operación, como no puede ser de otra manera, se venda como edificio sostenible. ¿Puede ser sostenible un edificio innecesario?. Tenemos que buscar  nuevos símbolos, menos espectaculares, que nos muestren como va a ser la ciudad del siglo XXI. La apuesta de La Caixa, de recuperar el patrimonio de las Atarazanas como espacio público y gran equipamiento sociocultural es mucho más inteligente y va en esta dirección. Como lo van también medidas tomadas por el anterior ayuntamiento para la mejora de la habitabilidad y el espacio público ganando la ciudad para el paseante: la apuesta por la bicicleta y por el transporte público electrificado en el entorno de la catedral, por ejemplo, es un icono que recogen continuamente nuestros turistas y que nos anticipa como puede ser la ciudad del siglo XXI, pensada para disfrute de los ciudadanos y dónde el coche pasa a un segundo plano.

Sevilla necesita apostar decididamente por ese modelo, rehabiltar sus barrios y revitalizarlos, con criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental. Esa es la empresa que debemos emprender con decisión, con liderazgo público y movilizando a sus empresas y emprendedores hacia la creación de empleo en sectores de futuro y que nos permitan reducir nuestra factura energética y las emisiones de CO2. El sector de la construcción reconvertido hacia la rehabilitación ecoeficiente será un potente motor de empleo. Es en esa dirección en la que debemos avanzar y no sosteniendo, contra viento y marea, un proyecto al que no le salen hoy las cuentas por la caída del precio de las oficinas en un mercado saturado y que ha perdido todo interés para el inversor.

Esteban de Manuel Jerez
Soy profesor de la Universidad de Sevilla y activista social por el derecho a la ciudad y la Justicia Global. Premio del concurso internacional Dubai ONU-HABITAT de Mejores Prácticas de Políticas Urbanas Nacionales. Cofundé la revista científica Hábitat y Sociedad. Soy responsable del grupo de investigación ADICI especializado en Investigación Acción Participativa y Aprendizaje y Servicio aplicados a la Producción y Gestión Social del Hábitat. Co-fundador de Arquitectura y Compromiso Social (1993-2015) Colaboro con la consultora Taller Ecosocial. Publico ensayos de opinión en El Pais, ABC, Diario.es, El Salto Diario, Diario de Sevilla, Sevilla Directo y periódico IDEAL de Granada

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